CURIOSIDAD
CURIOSIDAD
Cuando estaba en segundo año entró a la escuela una compañera nueva, Elena Fuentes. Se terminaba de mudar al barrio y no conocía a nadie.
Me acerqué a ella con prudencia, ella apenas notó mi presencia y en ese momento sentí una necesidad intensa de averiguar sobre su vida.
Por días la observé; casi no hablaba, no concurría a las fiestas que la invitábamos ni a los partidos de fútbol.
¿Qué esconderá en su casa? ¿Por qué ponía distancia entre ella y nosotros?
Estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para averiguarlo, hasta de volverme invisible para estar un rato en su castillo de arena y conocerla mejor.
Partí a la biblioteca, solicité el libro más antiguo, ese que trataba de brebajes y magia. Tom, mi perro; se quedó afuera esperándome mientras yo tomaba nota de cómo volverme invisible.
No era tan difícil, sólo tenía que mezclar en una copa un trozo de cola de lagartija, cinco hormigas rojas machacadas, el tallo de una margarita cortado en finas rebanadas, la baba de un caracol y mezclar todo con jugo de sandía.
Al otro día nos pusimos en marcha para conseguir los ingredientes, Por suerte mi perro entendía todo lo que le decía, así que tuve el mejor aliado para cazar la iguana, encontrar hormigas y cortar la margarita, lo que me dio más trabajo fue convencer a mamá para que comprara una sandía, pero lo conseguí en el mismo momento en que Tom encontró el caracol.
Teníamos todo, partimos a preparar la infusión al garaje que estaba desocupado en ese momento y comenzamos a triturar, aplastar, exprimir y por último revolver en un frasco.
Como la receta decía que había que beberlo de una copa, cuando saludé a mi madre saqué una copa de cristal para que la magia fuera más intensa.
Sobre este delicado objeto volqué la poción y cuando estaba a punto de beberla me saltó Tom encima. La copa se cayó al suelo haciéndose añicos y el piso se volvió invisible al instante.
Recién allí pensé en lo que hubiera sido de mí y para mi familia si tomaba aquel líquido fantasmagórico. También pensé en Elena, tampoco ella podría verme.
Yo creo que Tom no sólo comprende lo que le digo sino que sabe predecir el futuro.
Adriana
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