CUMPLEAÑOS

 CUMPLEAÑOS

El sábado cumpliré catorce años. Un poco cansada de las piyamadas organicé una fiesta más divertida y que invitara  al baile entre nosotros.

Jugaríamos al baile de la silla y dígalo con mímica, nada más que para coronarlos con el juego de la botella, para tener la posibilidad de besarlo a jorge o que él me besara a mí.

 ¿Cómo era posible que todas estubieran  enamoradas de él? ¿Era por sus habilidades con la pelota o  por tener un chiste oportuno en la punta de la lengua?. Lo cierto es que el sábado a la nochecita estarían mis amigas, amigos y Jorge en mi casa.

Empezamos con el baile de las sillas, después con dígalo con mímica,  ganamos nosotras, pero eso no me importó nada yo sólo pensaba en la botella.

Para que nadie sospechara de mis intenciones traje gaseosas hasta último momento para ubicarme justo justo frente a él.Pensé que tendría la misma magia para besar como la que tenía para el futbol.

La botella comenzó a girar en el centro de la ronda y se detuvo increíblemente apuntándonos a Jorge y a mí.

En ese momento se cortó la luz, pero yo sentí  mi primer beso como el más suave,  tierno, cálido y alado del universo. Al regresar la luz todavía nuestros labios estaban en contacto, pero no era Jorge el que estaba del otro  lado sino Luis.

Me aparté de golpe, no sabía qué hacer, Luis, mi mejor amigo, mi confidente querido, mi cómplice. Quedé turbada lo que quedaba de fiesta. A las cuatro de la mañana le solicité ayuda a Luis para acomodar las sillas, necesitaba un momento a solas con él.

¿Por qué lo hiciste? Porque te quiero –contestó seguro- Además qué tiene ése que no tengo yo?  Quise enojarme con él pero no pude. Le di un abrazo.

Le dije que no podía ser su novia, él era mi mejor amigo.

Pasado dos meses fui a buscarlo, nunca logré olvidarme de aquel beso.

                                           Adriana

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